Del otro lado del mundo -PARTE 1-

La alarma de emergencia sonaba, avisando que evacuaran el lugar, mientras las estruendosas bombas, se estrellaban contra el suelo, soltando toxicos gases.
Lo primero que se paso por la cabeza de la mayor aventurera de Aaa, fueron sus amigos, y a pesar de las advertencias de su felina compañera, Fionna salio de su casa-arbol  en busca de sus amigos.
Fue primero al dulce reino, a buscar a su querido principe Gumball, pero al llegar ahí, no encontro absolutamente nada, solo un castillo vacio.
"de seguro el esta bien! Ya se fue, y ahora esta a salvo" penso la rubia joven, mientras suspiraba de alivio.
Rapidamente, corrio al reino del fuego, a buscar al principe Flama, pues últimamente ella habia sentido algo por el.  Pero los resultados fueron los mismos, solo un castillo vacio, y sin aparentes rastros de muerte.
Fionna recorrio casi toda Aaa, sin encontrar rastros de personas, lo que por un lado la alegro, ya que sus amigos estaban todos sanos y salvos en otra parte del mundo. Pero por otro lado, la entristecio bastante, ya que todos en Aaa habian huido sin acordarse de ella.
"me olvidaron…me dejaron aquí sola….despues de todo lo que hice yo por ellos!!"  el corazon de Fionna se partia en pedazos, y no podia hacer nada mas que esperar su inevitable muerte.
Se sento en el césped a disfrutar por ultima vez su amada tierra, antes de que los gases toxicos y las explosiones acabaran con su pueblo natal.
Al ver que la nube toxica se dirigia a ella, comenzo a correr en direccion opuesta, esperando prolongar su vida lo maximo posible; justo en ese momento, un arbol se desplomo enfrente de ella, aplastandole la pierna al caer.
La sangre brotaba violentamente de la pierna de Fionna, mientras se podia ver la lastimadura a carne viva. Intento empujar el arbol, pero fue inútil, ya que no tenia la fuerza suficiente para hacerlo.
El gas empezo a entrarle por los poros, lo que hizo que su vista se nublara, y que la joven perdiera el conocimiento.
De repente, sintio como si el dolor se hubiera ido, como si ya no sintiera el peso del arbol, como si todo estuviera perfecto.
"estoy muerta?" susurro.
"no, pero podrias estarlo" le contesto una voz burlona.
Fionna no dudo ni un segundo, y abrio los ojos, para encontrarse con un chico de piel palida- azulada, ojos rojos como la sangre, y cabello negro como el ebano, que la miraba vacilando entre la preocupación y la risa.
"donde esta Cake?" dijo Fionna preocupada.
"Monichromicorn se la llevo lejos…nos habiamos ido todos…solo quedaste tu…"
Fionna, penso un segundo en eso…¿se habian ido todos? Eso significa…que Marshall se habia vuelto para buscarla.
"porque volviste a buscarme?" cuestiono Fionna.
"porque te mereces una larga y hermosa vida" Marshall sonrio luego de esa frase.
Marshall llevo a Fionna a un lugar muy alejado de Aaa, y le dio indicaciones de cómo seguir.
"corre hacia el sur, baja por la pradera y escondete en la cueva del cuervo…ahí estan todos…saludalos de mi parte"
"espera, a donde vas tu MarMar?" pregunto Fionna
"me temo que es dificil de explicarte, pero nos veremos pronto!"
Y esa era la triste parte donde Marshall tendria que dejar irse a Fionna, para que ella pudiera salavarse.
Marshall se fue caminando hacia el norte, recordando la verdadera razon por la cual el debia irse: se habia dado cuenta, de que lo mejor para todos era que el ya no viviera en Aaa, porque el sufria al ver a Fionna con Gumball…y eso jamas lo iba a dejar progresar…simplemente…el ya no pertenecia a Aaa.
Camino durante muchos dias, abriendo su sombrilla al salir el sol, y cerrandola al salir la luna.
Cuando estaba listo para dejarse vencer, vio un lugar que le parecia familiar.
"debo estar caminando en circulos!! No es posible que halla llegado a Aaa otra vez!!" dijo el vampiro, algo frustrado.
Camino unos pasos mas, y se choco con un cartel.
"bienvenidos a…Ooo…" leyo el rey vampirico en voz alta.
Marshall inclino un poco su cabeza.
"Ooo? Estaria seguro de que esto es Aaa…"  dijo, aun con mas confusion en su rostro.
"bueno…Ooo…un lugar es un lugar!! Creo que seras mi nueva casa…" se repitio a si mismo, mientras se adentraba en el lugar.